Desde pequeño, el deporte ha sido una parte fundamental de mi vida. Siempre admiré a los atletas más rápidos, fuertes y explosivos, pero irónicamente, esas nunca fueron mis mejores cualidades. Mientras otros destacaban por su potencia, yo me apoyaba en mi resistencia, en mi perseverancia y, sobre todo, en mi capacidad de sufrimiento. No me conformé con aceptar mis limitaciones, así que busqué respuestas en la ciencia, investigué, probé, fallé y aprendí. Descubrí que el rendimiento no es solo talento, sino estrategia, método y mentalidad.

Este camino me llevó a dedicarme a lo que realmente me apasiona: ayudar a otros a superar sus propios límites. Cada persona es única y cada proceso de mejora es un desafío diferente. No creo en soluciones genéricas ni en atajos, sino en un enfoque basado en ciencia, personalización y experiencia. No solo trabajo la fuerza o la recuperación física, sino que enseño a las personas a entender su cuerpo, a confiar en él y a redescubrir de lo que son capaces.

Lo que me hace diferente es que no solo aplico métodos, sino que los vivo. No me baso en teorías vacías, sino en años de investigación combinados con mi propia experiencia superando obstáculos. Sé lo que es sentir que tu cuerpo te frena y también sé que con el enfoque adecuado, todo puede cambiar.